**Labios sangrantes sedientos de vida y recuerdos. Ingenioso destino el de la sombra susurrante, gira alrededor de la lluvia agonizante. Hacía una inmensa madre noche, volando, Tiritando, esperando a que su gemido sea oído. Fuego en sus ojos vacíos, llenos de sombras. Intensa sed de sangre entre épocas de existencia. Recuerdos olvidados Entre sueños teñidos de carmín**

domingo, 11 de enero de 2009

Hijos de la Oscuridad III: "Eliza"

**Atada a cadenas de eternidad, no podía sino mirar la noche con dulces ojos.
Porque era un ángel sin dueño. Solitaria y sin destino. Herraba en la oscuridad sin realidad.
Recordaba su vida y su pasado. Esperaba su futuro.
Pero todo era triste a su alrededor. Ella era una niña entre un mar de personas.
Gritaba a todo pulmón, pero nadie la escuchaba. Encerrada en una celda oscura con ratas por compañía.

Entre dejes de locura acariciaba sus mechones pensando en aquellos que había conocido y en todos los amores que había dejado marchar. Todos los días que había vivido sin realmente sentirse viva y todas aquellas noches llorando agarrada a su almohada.

Porque todo le parecía de un idéntico gris. Todo era tan inalcanzable como las nubes.
Hubo un tiempo en el que había alzado sus manos hacía el cielo intentando atrapar las estrellas. Pero siempre se quedaba en la oscura noche.
En sus sueños bailaba, al son de una música hipnotizante. Giraba en un vertiginosos remolino de recuerdos. Pero caía en la nada sin poder amarrarse a ningún saliente.

Haciendo equilibrios en una cadena. Bajo ella, una inmensa nada, sin final.
Sus dedos bailaban acariciando el aire, mientras éste removía sus cabellos.
Recogió sus alas, todos sus sueños serían olvidados. Daría paso a ser otra pequeña parte de aquella nada tan grande. Sería una pequeña mota en la oscuridad. Toda su vida terminaría en un rápido momento.
Nunca se había sentido especial, nunca había sido nada en todos aquellos años.
¿Qué importaba que todo terminase?

De GrAn AuToRa


Por eso su pie descalzo resbaló lentamente. Se precipitó en la oscuridad, mientras miraba su destino. Cerró los ojos y su silueta se borró en la distancia. Se la habían llevado en un sopló de momento. Mientras caía, el viento acarició su cuerpo. Meciéndola en una tranquila nana. Sus cabellos volaban a su alrededor dirigidos por un aliento frío.

Dejó escapar un suspiro, el cual ascendió como luz entre aquella oscuridad tan espesa.
Y después... nada.

No había abierto sus alas, no había abierto sus ojos. No había ascendido de nuevo.
Tan solo había caído**

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